«Coincidí con ella en una formación, aunque yo ya tenía una recomendación de Ana María. Cuando me embarco en un trabajo personal, escucho qué me dice mi cuerpo sobre la persona que me va a acompañar, no la analizo de manera intelectual. Mis tripas me dijeron sí, ve con esta chica. Sentí que ella contaba con una sabiduría en su propio cuerpo. De haber realizado un análisis mental, habría buscado una persona de más edad. Pero no es cuestión de juicios ni de prejuicios, mi intuición me decía que ella era la persona.
A mis treinta y ocho años (y sin hijos) una ginecóloga me dijo que había empezado con la menopausia. Yo no sentía que así fuera y quería darme otra opción. Por otra parte, siempre he tenido una relación más o menos tormentosa con mis reglas. Entonces, acudí al taller sobre ciclo menstrual que facilitaba Ana María. Allí vi y viví su manera de trabajar. Implicada, conectada, sencilla. Acompañando desde su Ser y con vocación. Me resonó realmente aquel taller. Tuvo tal efecto en mi cuerpo, en mis emociones y en mi útero que me embarqué en un proceso más largo con ella.
Mi objetivo era descubrir si iba a seguir menstruando y ordenar mis reglas, en su caso. Me propuse un año y Ana María trazó una hoja de ruta, además de añadir la herramienta vehicular que se podía convertir en un tercer objetivo a la vez: la meditación.
Han transcurrido cuatro meses. He tenido la regla cada uno de ellos, con ciclos regulares y muy conscientes. Me ha dicho mi médico que no he comenzado con la menopausia y que me olvide del tema.
Poco a poco me voy reconciliando con mi sangre. Soy consciente de las fases de mi ciclo y aprendo a sacarles partido y a quererme más desde ahí.
Además de otros ejercicios, estoy meditando a diario. Nunca lo había hecho durante tanto tiempo. El compromiso con Ana María y el seguimiento que me hace es un apoyo muy fuerte, sobre todo cuando fallan las fuerzas o cuando el contexto se pone difícil. Desde que medito a diario, me siento más serena. Acepto y sostengo las situaciones externas con más tranquilidad que antes. Estoy en el presente más tiempo y vivo el momento como no lo hacía, sin ansia por qué pasará después (ahora es ahora). Siento la atención mucho más entrenada. Descanso por las noches y ha bajado mi nivel de agitación.
¿Por qué Ana María? En primer lugar, porque ella no enseña lo que ha aprendido en un libro. Ella transmite lo que ha trabajado durante años y tiene plenamente integrado. No acompaña en procesos de meditación porque dicen que es bueno, sino porque lo vive en su día a día y así lo siente.
Por otra parte, su método resuena mucho conmigo. El trabajo es gradual y ella hace un seguimiento cercano y muy útil. Y es tremendamente realista, pisa suelo. No busca utopías o metas fantásticas, trabaja con lo que sucede en el momento.
Por estas razones sigo trabajando con Ana María. Me siento tremendamente agradecida y creo que puede acompañar con éxito a muchas personas. Tanto a mujeres en cuestiones relacionadas con el ciclo menstrual como a quienes quieren adquirir la práctica de la meditación en sus vidas. Algo tan útil y tan difícil de realizar».
El pasado mes de diciembre cuando empecé a hacer el acompañamiento no era muy consciente de como funcionaba el ciclo menstrual, sí que los días antes de tener la regla notaba que mi estado físico y anímico decaían, pero no sabía su relación con la fase menstrual.
Durante estos tres meses he aprendido a diferenciar las cuatro fases del ciclo y a sacar conclusiones de como me afectan emocionalmente. También a conocer el proceso que hace el óvulo desde su creación hasta la absorción del cuerpo lúteo y las formas posibles para saber si tiene lugar el proceso de ovulación.
Además he experimentado las ventajas de mejorar la dieta y tomar suplementos, durante estos meses no he tenido dolor físico los días previos a la menstruación.
Creo que hay bastante desconocimiento sobre el funcionamiento del ciclo menstrual de las mujeres, conocer ese aspecto de nosotras nos ayudaría a verlo de manera más positiva.